Se trataba de Montecristo quien, desde Medellín vía RCN, tenía un sintonizado programa de una hora para contar chistes y solo chistes. José Ordóñez lo escuchaba con un radio de pilas mientras vendía rodajas de piñas frescas en las afueras del estadio de fútbol Alfonso López de Bucaramanga.
Al recordar estos avatares de su vida, Ordóñez, reconocido en Colombia y en el exterior por su programa Ordóñese de la risa. Dice que los dos grandes amores de su vida son su esposa Yasmith y el Atlético Bucaramanga. Gracias al Atlético tuvo una infancia bonita, y ahora ya adulto, gracias a Yasmith goza de un bello hogar que no tambalea a pesar de lo mucho que debe viajar por su profesión de comediante muy solicitado en distintos escenarios.
Yasmith, dice José, “es una esposa maravillosa que se enamoró de mis sueños”.